lunes, 25 de enero de 2010

AHORA MISMO... Y DESPUES. (PATY&RIMB)

Ahora mismo; cuando escribo, soñando con tu rostro,
imagino que, por dentro, temblarás con impaciencia,
buscando, en lo que suele definirse como conciencia,
el tenue vínculo que pueda crecer, fértil, en nosotros.

Mirándote, y sin mirarte, me sentiré indefensa.
Escrutando ese cielo, imagino que estás cerca.
Oscurecerá, al tiempo en que cierras tus ojos;
sonriendo, burlón, y ausentándote del mundo.


Te llevaré hasta mi refugio tras un biombo de estrellas,
ocultándote a mi deseo con la pura y sincera franqueza
que pertenece a la intimidad de quien quiere, y piensa,
integrarse en ese vacío de almas, y gemelas sintonías.

Translúcida como el cristal, te miro, angustiada,
viniendo hacia mí, para abrazarme en ausencia,
ensayando un soñar nuevo en cada crepúsculo,
mientras nace un mundo bajo tus pies mágicos


Antes, otros cantaron los devaneos enigmáticos del alma.
Cada vez que un poeta escribe, con versos estremecidos,
pájaros de vuelo universal caen sobre la tierra, heridos
por agudas flechas y furias lanzadas sin tregua ni calma.

¿Cómo podemos pactar mis luchadas esperanzas,
si tengo las manos tendidas, llenas de caricias?
¿Cómo puedo abandonarte en el gélido silencio,
sabiendo que mi lengua es aún de un rojo fuego?

Déjame en esa distancia estelar que nos protege y aparta.
Jamás podrá haber un camino hacia atrás para alcanzarte.
Y aunque intentara, en el ardor de ese crisol, quemarme,
no podría mostrar, sin temor, la verdad oculta de mi cara.

Tus excusas son la frontera que me salva y separa
de las leves y entrelazadas trampas de tu abrazo;
rechazándome, y olvidando las súplicas de hogaño,
me proyectas hacia un próximo crepúsculo realista.

¿Preguntas sobre qué pudiera ser el amor, a simple vista?
Parece que no tiene mucho que ver con nuestros cuerpos.
No hay segunda verdad mejor que lo fue una vez primera:
que, atractiva, reclamó a dos seres distantes se quisieran.

Yo también guardo mis ruinas en un frasquito,
que navega en un barco de papel envejecido.
Mas lo tengo, plegado, debajo de mi almohada
hasta surcar el postrero mar de mi naufragio.


Cuando aún te quedan por vivir tantos y tantos días
para intentar renacer, y permitirte dar sus licencias
a la resignación de conservar guardadas tus esencias,
quizá, no debieras describir aún un fin entre agonías.

¿Crees que todavía no pudiera intentar ilusionarte?
Sería una irrealidad, paralela a los sentimientos
conque me inspiras a extraer lo que llevo dentro
de forma tan sutil, simple, compulsiva e inocente.


No me hagas caer en ese pegajoso gris de la impaciencia.
Solo puedo escribirte, desde mi corazón, aún sin mirarte;
porque no podría otra vez, como aquel día, enamorarte,
sin tomar sobre mí un pesar de irresponsable insolencia.

¿Cómo puedes dejarme esa huella, y esa herida?
¿Cómo me dejas la deuda de que se acompaña?
Nunca acabarás, porque en mí no existe el olvido,
Mientras persistas en mi evocación, estarás vivo
.

Digo que no, como niego crédito al futuro y al presente.
De lo que yo devoraba con mordientes besos de alegría

preservados en la memoria, hay residuos aún latentes.
Hoy no imagino querer estar en tu presencia, ni podría.

Sí... Mi corazón late al compás del raudo tiempo,
simplemente leyendo muy despacio tus palabras,
que sollozan, destruyendo así el pertinaz silencio
en que volcaste los recuerdos leves de tu infancia.

Hemos extraído de nosotros la sustancia mental que alimenta
lo que suele poemarse con sentencias tentadoras y enjoyadas.
Otro error sería caer en la codicia de querer alcanzar el cielo,
y tocarlo, con manos que nunca conseguirían trocarse en alas.

Quiero residir en ti con la misma quieta imagen.
Deseo albergue al asilo de tu residencia eterna,
hacer que vuelvas atrás en tu vida y recordarte
que antes fuiste niño ya, adolescente y joven.

Soy cauce de agua helada que arrastra musgo de las cumbres.
Hojas viejas; ramas tronchadas y frutos ahogados en fluidos,
que, tiempo ha, cayeron de sus árboles..., y están podridos,
bajo la vivaz luz y un demoledor fragor de incertidumbres.

No me olvides, ni aún como a una quimera.
Pudiera ser que, si, cuando desaparezcamos,
nadie querría saber lo que aquí ensayamos,
y nadie podria averiguar nunca lo que yo era.

Además, cada cual tiene cierta idea del color de sus pecados.
Aunque intentáramos olvidarlos, o dejarlos perdidos y lejos,
siempre volverían a manifestarse, al revelarse en los espejos;
por lo que, de algún modo, estarán siempre ahí, y recordados.

Si piensas olvidarme tan pronto, y me obligas,
yo no te desterraré de mi atrevida memoria.
Puedes hacer todavía lo que más te plazca;
pero nunca más oses desgajarme de tu alma.

¿Te imaginas lo que pasará cuando mis dedos no escriban,
o no sean hábiles para saludar tu despertar cada mañana?
Y pudiera ser en un momento, tal vez, cualquier semana.
¿Quedaría tu amistad, y valdrían los versos que te miman?

Mis lágrimas pudieran, quizás, destruirte,
llevándote a lugares que nunca desearas.
Aún y así, y donde sea, te quiero conmigo.
Ten seguro que no me perdonaría dejarte.

Contigo iré siempre, si logro sembrar en tu mundo interior
el lenguaje que puedes usar para comprenderte por dentro.
Sostendré que lo hagas tuyo, y de costumbre tan perfecto
que no deje ningún lugar a la crítica, la censura, ni al error.

Me tienes atrapada con ilimitadas cadenas:
arroyos de palabras para construir poemas;
consejos que me atormentan en la memoria,
escritos con los dedos, acariciando mi mano.

Solo me queda decirte: no precisas que nadie te motive.
A trancas y a barrancas, adquieres un bello vocabulario.
Eres afortunada en intuición; queda depurar lo necesario.
Tendrás que luchar para lograrlo. Que nunca se te olvide.

Nunca dudes que yo no quiero olvidarte.
Jamás pongas en mi boca esas palabras.
Y, aunque ninguno de los dos esté mañana,
de mi recuerdo nunca conseguiás ocultarte.


Paty&Rimb

1 comentario:

Anónimo dijo...

FELICIDADES A LOS DOS. BESO. CLOS