miércoles, 28 de marzo de 2007

AUTOBUS DE LAS TRES Y CUARTO


AUTOBUS

Era una atrevida indiscrección, enfocar y apretar el disparador. Las máquinas fotográficas de hoy son muy silenciosas y pasan fácilmente desapercibidas. Llevaba una en el bolsillo del chambergo. Me decidí. No habia nada de especial en la foto; quizá por eso la tomé con total tranquilidad, recogiendo una escena cotidiana.

Los brillos rojizos de los letreros anunciando las próximas paradas, la distinta indiferencia del "cada cual a sus cosas!: leer el periódico, pensar, hablar por telefono, pasar el ticket por la maquina y sujetarse fuerte para que los bamboleos del vehiculo no nos derroten. Un perfil de alguien desconocido, apenas insinuado, y muchas manos engarfiándose a los soportes. Asi nos agarramos a la vida; medio rutinario de transporte para el indefinible vagar de nuestros pensamientos.

Rimbaud