lunes, 24 de marzo de 2008

NOCTURNO (Rimbaud) marzo 2008.



No recuerdo bien tus palabras,
pero has vuelto a remorderme
el dúctil cobre de la memoria
con la fuerte sal de tu mirada,
dejando otra huella indeleble:
un fino trazo de suave dulzura.

Hace muy poquito, los tambores
retumbaban por las frías calles,
con resonantes ecos de misterio,
robando sueños y albos desvelos;
despabilando conciencias tibias;
preconizando crueles tormentos.

Sonsonetes, trompetas y clarines,
desgranaban maullidos asonantes,
ahuyentando los tímidos pecados
como a sospechosos negros gatos,
de hirsuto pelaje erizado y agudo,
que se espantaran de sí mismos.

Las dolientes luminarias de cera
de tantos disciplinados cofrades,
ungían de vaho, amarillo y oro,
los encalados rincones del Rocío;
los balcones repujados de hierro,
enlutados con oscuros crespones.

Impaciente y amoroso, Don Juan,
con su extremado y gélido aliento,
silbaba agudos piropos de hielo
a la novicia lunática y ausente,
tocada con el blanco de las nubes
en su hábito universal e infinito.

A hombros de los duros costaleros,
abriendo los brazos con ternura,
la virgen del dolor, la negra rosa,
acunada suavemente, se balanceaba
escuchando, postrada de hinojos,
el aquejumbrado dolor de una saeta.

Las letanías eran rumores de oleaje
brotando de un mar de penitentes.
Las rejas liberaban pájaros ansiosos.
Llovían, mezclados, pétalos de rosa
y lágrimas dentro de los corazones,
y en el cristalino brillar de los ojos.

De este modo pasaron algunas horas,
vestidas de túnicas, hábitos y capirotes,
de los tantos días de la Semana Santa;
en cualquier lugar, en cualquier villa.
Por ejemplo, y no es por querer señalar,
ahí mismito: en la ciudad de Sevilla.

Rimbaud

jueves, 6 de marzo de 2008

AL MARGEN, LA PALABRA ( Closinglisboa (febrero 2008) )

Escrita en el margen de un libro,
la palabra vida se alia con el texto,
como la amante que dulce alimenta
la pasión encendida en sus páginas.

Un soplo de aire crea una nube de confetis
que bailan, mientras caen lentamente,
para colmar de augurios y presagios
la existencia de aquellos que, brújula en mano,
sueñan, despiertos, hallar otro punto cardinal.


Closinglisboa