viernes, 14 de septiembre de 2007

ENTREGA CON MIEDO

Cuando la niebla se disipa
y aparece el sol de la mañana,
me pregunto cuantas heridas
traerá el alba.
No le tengo miedo al dolor,
que te forma y te agranda,
le temo más al candor
del pétalo que resbala,
dejando su aroma en la piel
posando su piel en mi alma.
Si el pétalo de esa flor
con su olor me embriaga,
si nubla mis sentidos
con su fragancia,
aumentando mi locura
agrandando mi esperanza
y me muestra ese camino
que soñando anhelaba,
Tiemblo como hoja
tiemblo como rama,
pensando que quizás
no sea flor cercenada,
sino rosa con espinas,
con espinas camufladas,
que al resbalar por mi mano,
en mi mano son clavadas
y desangran poco a poco
este cuerpo que temblaba.
Amor, bálsamo de agua,
del aroma de la flor
de la espina enarbolada
yo me entrego aun con miedo
yo me entrego a tu mirada.

potroviejo

AMOR Y SILENCIO

Cantos añoro de viejos cuentos,
las páginas rasgadas
los colores yertos.

Algunas palabras suspenden el tiempo,
otras en cambio avivan su fuego,
sonidos cálidos en mi cerebro,
momentos tranquilos que como viento
airean el alma y el pensamiento.

Sonido de una campana lejana,
amor que yace en el lecho,
desnuda se muestra sin secreto,
la piel como entrega,
los labios abiertos.

Desciendo a la profundidad de su mirada,
que pausada reclama, amor y deseo,
poso mis labios, en sus labios abiertos,
mi mano en su mano,
mi pecho en su pecho.

Y no suena ni una palabra,
que el gesto reclama
amor y silencio.

potroviejo

ALGUNAS VECES

Aunque algunas veces
la memoria me traiciona,
los sueños se emborronan
y los deseos se confunden.
Aunque algunas veces
no soy más que una pantomima
de mi propio ser,
grotesca y retorcida,
con un gesto de papel.
Aunque algunas veces
quisiera cumplir esa esperanza
que huyó de mí,
perdida en la bruma
de mi mente atormentada,
cansada de esperar
el siguiente amanecer.

Grito al cielo...
vacío de dioses comprensivos,
y mi garganta se desgarra,
en un alarido.
Perdido en el olvido
de cualquier recuerdo humano,
mi espíritu cabalga a horcajadas
sobre el lomo estremecido
del corcel de la desesperanza.
Si una lágrima saciara
mi carencia húmeda
del vital flujo acuoso,
lloraría años gustoso,
pero hasta las lágrimas
son saladas.

potroviejo

NO VOLVERÉ

No volveré a escribir bellas palabras,
no cantaré más veces al amor,
vaciaré el cajón de los sueños,
limpiaré el armario de delirios.
Cuando la luna asome con su luz llena
esconderé mis ojos tras los párpados.
Sellaré mis labios para que no besen,
volveré mi corazón de piedra.
Olvidaré los momentos de pasión,
no rozaré tu cuerpo nuevamente,
y tus labios, enorme tentación,
se borraran de mi memoria.
Vaciaré mis venas de la sangre que circula,
para que no quede un resquicio
de candor, ni de ternura.
Con mi cuerpo vacío y desprovisto
de toda sensación,
lo dejaré secarse en el olvido,
esperando que un buitre amigo,
de él, de buena razón.

potroviejo

MUERTE

Entre las piedras de aquel cementerio,
recordando los cuerpos que hoy yacen muertos,
estatuas frías, flores marchitas, grandes silencios.
Seres que fueron palabras y movimiento;
amores enterrados;vidas de otros tiempos;
sueños que acabaron, en sueños ciertos;
esfinges y lápidas de puro cemento.
Paseo entre almas que seres fueron,
hoy cenizas o apenas unos huesos,
suspiros de cuerpos, cuando las mentes
recuerdan y añoran los muertos.
Silueta del viejo ciprés, que siempre allí serio,
vigila la sombra que cubre el silencio.
La muerte no es dama de negro encuentro,
solo es un sueño que se sueña despierto.
La muerte es distancia y perder el recuerdo.

potroviejo