Entre las piedras de aquel cementerio,
recordando los cuerpos que hoy yacen muertos,
estatuas frías, flores marchitas, grandes silencios.
Seres que fueron palabras y movimiento;
amores enterrados;vidas de otros tiempos;
sueños que acabaron, en sueños ciertos;
esfinges y lápidas de puro cemento.
Paseo entre almas que seres fueron,
hoy cenizas o apenas unos huesos,
suspiros de cuerpos, cuando las mentes
recuerdan y añoran los muertos.
Silueta del viejo ciprés, que siempre allí serio,
vigila la sombra que cubre el silencio.
La muerte no es dama de negro encuentro,
solo es un sueño que se sueña despierto.
La muerte es distancia y perder el recuerdo.
potroviejo
viernes, 14 de septiembre de 2007
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