sábado, 8 de noviembre de 2008

DEJA

Deja que pase el tiempo
cálido e inquieto,
tu calor anima el alma
y tu tacto tan estrecho
me conforta en el abismo
de las dudas del momento.

Déjame que sienta,
aunque sea un instante,
que me quieres, que me amas,
abrazando en un sueño,
que te tengo, que me tienes,
que mi amor es eterno.

Déjame esa lágrima,
que resbala de contento
y que llega a tus labios
que, han grabado a fuego,
en mi alma enamorada
el aroma de tu cuerpo.

Potroviejo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perfumes de labios incitantes
y exalante cuerpo dormido.
Aromas de dulzor acariciante,
y silencioso soñar compartido.

En madrugadas tardías, el gozado
calor que irradian tus soles de rosa,
reconfortando el cuerpo cansado;
despertando el renovado placer
de vivir otra vez,... y otras cosas.