jueves, 13 de noviembre de 2008

ABRAZO


Tengo mis brazos abiertos
al abrazo de nuestros silencios,
al contacto cálido y quieto
de nuestros dos cuerpos 
hablando en un gesto.
Tu abrazo y mi abrazo,
enlazados al momento
que traspasa el calor,
que traspasa el tiempo.
Mi corazón descarga en mi abrazo
y en tu abrazo yo me quedo,
llenando mi alma de cariño,
llenando mi alma de consuelo.
Quiero que mi abrazo sea, 
no un gesto de un momento,
quiero que te diga
que te extraño y te quiero.
Abrázame con tus brazos,
con tus manos,
con tu cuerpo entero;
envuélveme en este sentimiento
y cúrame de mis duelos
con un abrazo lento.

Potroviejo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las palabras sirven para recitar las fórmulas mágicas con las que se trasmuta lo material e inerte en el fulgor cotidiano de la vida.

Es preciso reencontrar a los
nombrados: "alquimistas de las palabras", para que desgranen junto a nosotros sus hechizos magistrales y secretos.

Es urgente recuperar a los poetas.