viernes, 5 de octubre de 2007

IMPROVISACION IMPROVISADA (Rimbaud- Enero 2007)


No hablaré del cielo,
ni de la luna cercana,
ni de nieblas cercenadas,
ni de las tibias mañanas
en que apagaba luceros.

Mi amor estaba intacto;
mi deseo estaba entero.
Yo sentía su mirada
clavarse como el acero
en mi carne desgarrada.

La quise, tan enamorada...
La admiré de cuerpo entero.
No digáis que, en este verso,
no alcanzo a ser muy sincero,
en mi sentir tan disperso.

Solo alguien sabe de esto:
que tengo afanes puestos
en una alejada amistad.
Lo que digan, ¡qué mas da!
serán, ... simples palabras.

Un conjunto de patrañas
Pasadas a signos escritos,
que no pueden reflejar,
y, aún menos, explicar,
lo que roe mis entrañas.

He buscado desde siempre
a esta compañera amable.
Alguien que es tan adorable
que adorna cada mañana
con un poco que me hable.

No sé lo que será de todo esto;
no puedo dejar de sentirlo.
De verdad, no estoy cierto
de que consigamos vivirlo
antes que yo haya muerto.

Pero, demos al destino un dado
que hayan tocados los dedos.
Del puro azar, el ignoto juego
en que urdamos nuestro enredo
como echamos leña al fuego.

Quizá saquemos ese seis
y ganaremos la partida.
Y el premio, sí lo sabéis...
será conseguir la amistad
de esa persona querida.

La anhelo en el deseo
en mis brazos amorosos.
cada noche, me desvelo,
y la paso en un anhelo,
suspirando su presencia.

No pretendo causar daño;
pero tengo la conciencia
de que lo hago muy mal.
Me puede mi ser animal
que me come la paciencia.

Pero quiero tenerla conmigo,
recuperar tiempo perdido
besarla y sentirla tan mía;
confesarle que la quiero
como siempre la quería.

Ella es el argumento final;
el motivo de mi empeño
y del impulso primero.
Es la persona que quiero
que acompañe mi sueño.

Yo no quiero ser su dueño
Y aquí mismo lo declaro
con letras tan maquinales
que da vergüenza leerlas
por ser tan impersonales.

Aunque sea un compañero
Si quieres grito un ¡te quiero!
que suscribo, y confirmo
y expando al mundo entero
si tu me apreciaras lo mismo.

Esta es noche de donaires
aunque aventar los aires
resulta un gesto extraño,
me despojo del sombrero
y lo arrojo a la tierra oscura.

Y si vos no me queréis,
en vez de hacerme cura
como pudierais suponer,
Me recluiré en un centro
donde traten la locura.

Rimbaud

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