Suave como seda
mi dolor descansa,
mientras el tiempo no ceda
mi alma se cansa.
Preñada de deseos,
sujetar la esperanza,
resulta vaga andanza
con sus aleteos.
Un sueño que salta,
una mirada perdida,
dirigida a la querida,
perdida en nubes altas.
Vuelo cautivo
que rememora la vida,
mirada abstraída
perdida en el olvido.
En el onírico vivir
la vida pasa
dejando la existencia escasa
y próximo el morir.
potroviejo
miércoles, 25 de julio de 2007
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1 comentario:
y a la sabia hora
del final viaje
presto el equipaje
que no hay demora
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