domingo, 15 de abril de 2007

LA OTRA ISLA (Alejandra)


Pienso que todo el mundo posee una ilusión a la que aferrarse, cuando no hay otra salida que vivir de ilusiones. Todos y cada uno de nosotros (aunque muchos, o algunos, no quieran, o no queramos reconocerlo), mantenemos virgen esa parcelita de nuestro espíritu que sigue temblando ante la posibilidad de hacer realidad un sueño. Creo que nadie podría vivir sin esa parcela. El ser humano necesita algo a lo que aferrarse en caso de naufragio; algo que le mantenga con vida en el caso de que nada en esta vida real le ayude a oxigenar su corazón.

Siempre he pensado que una de las cosas más bonitas que te puede pasar en la vida es encontrar a tu alma gemela... y enamorarte, (romántica que es una). No tiene por qué ser igual que tú, ni pensar como tú, ni tan siquiera ser de tu misma edad. Tu alma gemela puede ser una persona que posea muchas cosas de las que tú careces, al igual que tú puedes transmitirle algo que ella no posea. Supongo que mi creencia en esto se debe a que siempre he tenido miedo a la soledad impuesta.

Soy una persona bastante solitaria; me gusta estar tranquila, inmersa en mis pensamientos. No me gusta el bullicio de la gente, o estar siempre en medio de la multitud. Muchas veces, es esa soledad la que nos hace más personas. Cada cual tiene su espacio vital. Hay quien hace más uso de éste, y hay quien lo tiene olvidado pero, al fin y al cabo, el ser humano, como animal que es, necesita su parcela de serenidad y calma, en la que se sienta seguro.

Pienso que cada día hay más gente que se siente sola; que su espacio se ha reducido de tal forma que le ha llevado a sentir que no hay nada más allá; que piensa que si sale de su mundo va a encontrar la misma soledad y tristeza que encuentra en su propia burbuja, sin darse cuenta de que la mayoría de las personas sienten lo mismo, piensan lo mismo y que, incluso, tienen más miedo que uno mismo a enfrentarse a esa otra realidad.

Casi todos formamos parte de un mundo en el que hay pequeñas islas personales de las que nos empeñamos en no salir, por seguridad... pero que, finalmente, no hacen otra cosa que matarnos de soledad; mientras que algunos valientes se tiran al agua para ver si son capaces de encontrar otra isla, otro destino, diferente del que se ven obligados a vivir... Y es entonces cuando se podría encontrar otra isla, otro mundo, otras personas: (una o muchas personas), que podrían salvarlas y, a su vez, ser salvadas de su ”soledad”.


Alejandra.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bien dicho, Alejandra. Sólo que a veces pensamos que esas otras personas estan muy lejos, en otros mundos, y quizá estén mucho más cerca. Aunque tal como yo lo veo, acercarse a la gente buscando aliviar la propia soledad no sé si es la mejor motivación: al final, nadie nos va a llenar, y podemos terminar paseando por una calle llena de vasos medio vacíos que buscan otro vaso que les llene.
P.

Anónimo dijo...

Hola Alejandra, sabes lo que es... estar acompañada y sentirse sola? Creo que si buscamos y esperamos llenar nuestros vacios a través de que el contacto y las relaciones con los demás nos llenen esos huecos... vamos mal. Somos nosotros mismos los que llenaremos esos huecos, cuando nos sintamos plenos, a traves de la acción... de vivir este camino, aceptando esa soledad; al fin y al cabo, como tú bien dices, la necesitamos todos, para seguir creciendo.
Anoni

Anónimo dijo...

El otro día, viendo un corto presentado a concurso, oí una frase de un personaje que se me quedó grabada:

"vive de ilusiones si quieres morir de desengaño".

Yo no digo nada.